En 2025 tuve la oportunidad de transformar un smart #1 Pro+ en una obra de arte viva. La marca cubrió el auto con vinilo negro para convertirlo en un lienzo en movimiento, y desde mi Universo artístico lo llené de color, trazos eléctricos y símbolos neón.

Con pintura fluorescente y pigmentos luminosos, el auto se convirtió en un ícono urbano cargado de energía y personalidad.
Mi propuesta buscó “transformar la oscuridad en arte a través de la luz”, explorando la fusión entre tecnología, diseño y arte contemporáneo.

La intervención no solo fue un espectáculo visual: fue una experiencia sensorial que invitó al público a repensar la movilidad como una extensión de la creatividad. El Smart dejó de ser solo un vehículo para convertirse en pieza de arte urbano, parte del paisaje cultural de la ciudad.

Un proyecto que celebra la innovación, la disrupción y el poder del arte para conectar con lo inesperado.